12 de julio de 2010


Cada vez odio más y más las grandes superficies, ese sentimiento irracional de querer matar a todas las personas cargadas de bolsas del Media Markt o del Carrefour no puede ser bueno. Hoy me he pasado toda la tarde deambulando por el parque comercial de Alfafar, menudo coñazo. Es un estrés que el lunes te ahogues entre tanto consumismo. Crisis, crisis y todos comprando, no se podía dar un paso, ni que fuese sábado (el día de compras por exelencia). Estaba todo saturadísimo de niños, abuelas, padres con hijos, parejas, psicópatas solitarios, etc, etc... Me han dado ganas de agitar cerillas y gasolina, pero me contuve. Nah, era un día tranquilo, brillaba el sol y el calor hacía el ambiente irrespirable de humedad. Pero yo sonreía como solo los idiotas saben.

No se si fue anoche o esta mañana que pulsé el botón de "reset" que llevo incluido, y me sentó mejor de lo que esperaba. Está siendo el reinicio mejor llevado de mi vida, sinceramente. Podría decirse que incluso estoy orgullosa, aunque es pronto para llegar a esa conclusión. No se, necesitaba sentarme a pensar mis cosas. Madurar un poco los hechos. Me puse a ello y ahora todo me parece distinto. Oigo las canciones, leo las notas y reviso el pasado y sonrío. Lo entendí de repente, sin explicaciones. Entendí que hay otra forma de ver las cosas, más libre, más abstracta. No hay cosas preconcebidas, ni planes. Está el presente y el corto plazo, eso es lo único que me importa, disfrutar del momento, de las personas y de las circunstancias. Y ya no me preocupa en absoluto no poder encadenarme a una ilusión imposible. No. Prefiero mil veces vivir lo que me depare esa oportunidad en el momento y ya. Sin más, si luego se vuelve no sabría que hacer, al igual que tampoco sabría por donde tirar si no lo hace. Ni lo se ni me preocupa.


Y sonríe...

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