20 de julio de 2011

-SYNTAGMA SQUARE-


Atenas. El lugar en sí ya impone, una ciudad infinita construida a los pies de la milenaria Akrópolis. Calles y callejuelas que se extienden por la ladera hasta donde alcanza la vista, una especie de laberinto en el que solo los lugareños se atreven a hacer de guías.



Paseando por el antiguo y encantador barrio de Plaka, un conglomerado de pequeñas calles peatonales plagadas de bares y rincones en los que perderse, nos damos casi de bruces con la imponente plaza Syntagma. La veo al final de la calle, a lo lejos, las pancartas y un par de furgones policiales me advierten de que ya estoy cerca.

"Cómete a los ricos"

Al acercarnos descubro numerosos locales y mobiliario urbano arrasado; persianas bajadas, bolas de pintura estampadas, transformadores eléctricos y cajeros bancarios reventados... Se respira revolución.

Asambleas, tiendas de campaña, símbolos, consignas, pintadas, charlas y comisiones. Incluso una bandera española como símbolo de apoyo decora una esquina cercana a la enorme fuente que marca el punto cero de la plaza. El parlamento preside la zona alzado en un nivel superior al que se accede por unas amplias escaleras, con una gran bandera griega ondeando en lo más alto.


La gente habla, pasea, discute, trabaja, se mueve. Está claro que la esencia inconformista y contestataria es la misma en todas las Acampadas del 15-M, especialmente en Grecia donde los motivos para manifestarse son innegables. El pacto del euro, los rescates financiados con el dinero de los ciudadanos, el paro en continua ascensión y la pasividad de los responsables de la crisis estimulan los anhelos de justicia, equidad y libertad que los atenienses reclaman.

Deseos y propuestas que suenan utópicas en boca de los indignados pero que se tornan realistas, lógicos y consistentes cuando son otros, como periodistas, economistas o políticos, los que los defienden. Llama la atención por su enorme simbolismo el hecho de que sea aquí, en la cuna de la democracia donde peor estén las cosas y más fuerza tienen las protestas y acciones contestarias en contra del orden que se ha establecido.

Me entristece tener que dejar atrás smejante emblema de la revolución, pero se hace tarde y ya tengo todo lo necesario para asegurar a cualquiera que me pregunte que la insurrección pacífica sigue, que la unión es tan fuerte como el primer día y que no consiguen (ni conseguirán) desanimarnos ni apartarnos de la lucha.


"Grecia sigue civilizada"

P.D: Perdón por la mala maquetación, pero el blogspot no da para más...