4 de septiembre de 2010


Mi casa me deprime, no se porqué pero no puedo evitarlo. Es grande, es bonita, etc etc, pero me deprime tener que quedarme aquí. Y cuando más tuentis veo y más blogs leo más y más me hundo en la miseria. Por los demás principalmente. Ahora la mayoría se van, que si pisos en Valencia, que si otros tantos en Madrid y yo, aquí. Que una cosa no quita la otra, que en teoría puede que no tenga motivos consistentes para quejarme pero quedarme en casa este curso me mata más de lo que me podía imaginar y eso que aún ni ha empezado. No tener un maldito piso implica chuparse casi tres horas al día en viajes , que me costarán mas de cien euros al mes, solo en idas y venidas. Implica también el llegar cansada y asqueada a una ciudad en la cual no puedo hacer casi nada de lo que me interesa, ni deportes universitarios, ni actividades extraescolares, ni asociaciones, ni exposiciones, ni nada por el estilo. Y sin gente con la que poder salir, quedar o simplemente estudiar, porque la gran mayoría desaparece. Tampoco puedo trabajar, evidentemente, así que a parte de tener que perder tres horas al día me quedo sin la oportunidad de buscarme algún trabajo para las tardes en Valencia. Total, sin tiempo ni dinero, cansada, no pudiendo buscar cosas nuevas que me interesan y encima gastando y gastando en viajes, comida, etc etc.

Pero lo que me fastidia es que mis señores padres ni siquiera se han molestado en buscar pisos o comparar precios para hacer números y ver que es lo que les sale más rentable. Ha sido más bien un no porque no y un ya veremos el año que viene. Total, que yo creía que aún me quedaba alguna esperanza pero todo se me pinta negro negro, más denso que el alquitrán recién puesto de las carreteras. Sin embargo yo no soy de las que desiste fácilmente y en mi maquiavélica cabeza los planes se van urdiendo de forma casi sistemática. Los tengo grandes, pequeños y variados, para todos los gustos. El más tangible es el de buscarme un trabajo aunque llegue a las mil a casa, estudiar en el tren. No se, igual me contratan de algo, nomas que sea de barrendera o en un McDonalds ¿no? Con eso y mis ahorros tengo para el primer año, así que a corto plazo igual igual en un par de meses me presento por allí aunque el camino se me presenta negro negro y más árido que un campo de golf en los Monegros.

4 comentarios:

  1. detesto estar en mi casa,pero es en donde paso mas tiempo,odio la soledad pero no puedo evitar estar solo...la vida es un dilema y detesto estar mal...

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  2. Yo creo que no tienes por qué quejarte tanto. Tienes una casa (y bastante grande por lo que cuentas), tienes unos padres que te apoyan y que te proporcionan lo que necesitas (aunque no te den todo lo que pides).
    Yo no tengo padres, vivo con mi abuela y tengo que estar todo el día en mi habitación porque odio la prensa rosa que está en la televisión todo el día encendida. No puedo decorar la casa de una forma más juvenil. Produce tristeza ver cómo está esta casa.
    En fin. No te quejes tanto porque estás perfectamente, ya que algunos no paramos de soñar con el día en el que nos toque la lotería para salir del infierno en el que vivimos.

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  3. Bueno yo tambien me deprimo y no me dan ganas de hacer nada por mi casa. Yo creo que es la soledad. Una vez una persona me dijo que habia que cultivar las amistades. Eso conlleva aceptar el uso de drogas en frente de uno, promiscuidad. alcohol y chismeria?, Pues que alguien me diga como se cultiva las amistades asi... Jajajaj mejor solo que acompanado

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