20 de noviembre de 2009

las cuevas de tu mente

Escribo como respiro, aunque sea pésima, me da igual que en mi vida me den una crítica favorable, no me importa, no voy a dejar de hacerlo. Nunca. Es de lo único que tengo ganas cuando me sobran apenas cinco minutos de mi tiempo. Más que leer, más que ver alguna película interesante, más que nada. Perderme en universos de tinta en los que tu alma se desnuda pero no dice nada. Donde se sugiere pero no se explica, donde se sueña pero no se vive. O sí, según como sea de onírica tu existencia. Pero es ese algo que te mantiene despierto, esa chispa que impide que dejes de existir ni aunque sea por un momento. Es hablar por hablar, soltar sentimientos, al tun tun...hay veces que no sabes ni lo que significan. Emociones revueltas y centrifugadas en tu cabeza. Me pasa que no se demasiado bien como expresar mis sentimientos, que la gente me entienda se me hace complicado, bastante. La claridad y la expresión muchas veces clavan sus raíces en mi mente y no se quieren marchar. El exterior puede marchitarlas y eso sería correr el riesgo de poder perderlas. Perder algo que es de lo único que puedo tener la certeza de que podría conservar por siempre no es viable. Algo me lo impide.







"Se me enredan en las uñas los recuerdos de tus ojos, tengo el último cigarro en los labios, me codeo con los locos, envenenándome en los bares, me hago socio de la lluvia en estas calles de Madrid"



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