10 de octubre de 2010

Pensaba que las personas no cambiaban. Pero estaba equivocada. Lo hacen, y mucho. Lo que pasa es que lo hacen tan lentamente que no nos damos cuenta a primer vista. Los cambios para mejor se notan más, eso sí. Igual no es que cambian, igual es que maduran, o que entienden el mundo distinto, o que cambian sus circunstancias. Hoy me he llevado una grata sorpresa. Ya casi ni me acordaba de María, de lo genial que es y de lo fácil que es olvidarse de todo cuando se ríe. Pero no sabía que quería viajar, que quería probar cosas nuevas y que le daba miedo levantarse y ser absolutamente siempre la misma persona que hace las mismas cosas cada día. No tenía ni idea. No me hablaba así antes. Pero ahora sí. No tenía ni idea de lo mucho que nos parecemos.

3 comentarios:

  1. El otro día en la película de los Simpsons decían que a veces para observar bien una obra es necesario distanciarse de ella.
    Homer se reía y asentía: "Je, je, hace falta distanciarse muuucho."

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  2. Es verdad que el tiempo y las experiencias nos van cambiando. Lo importante es que esos cambios sean positivos para nosotros.
    Y sí, a veces se descubre en personas que conocíamos facetas ignoradas y que nos son afinmente comunes.
    Aprovecha el momento junto a María, puedes aprender mucho.

    Un abrazo

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